La artritis reumatoide es una enfermedad auto inmunitaria e inflamatoria, lo cual significa que el sistema inmunitario ataca por error a las células sanas del cuerpo, causando inflamación en las partes del cuerpo afectadas.
Esta ataca principalmente a las articulaciones, por lo general muchas a la vez. Comúnmente afecta las articulaciones de las manos, las muñecas y las rodillas.
El recubrimiento de la articulación se inflama, causando daño al tejido articular. Este daño al tejido puede causar dolor duradero o crónico, inestabilidad (falta de equilibrio) y deformidad.
Esta también puede afectar otros tejidos en el cuerpo y causar problemas en órganos tales como los pulmones, el corazón y los ojos.
Se recomienda diagnosticar esta enfermedad de manera temprana (dentro de los seis meses desde la aparición de los síntomas) para que las personas puedan comenzar el tratamiento para desacelerar o detener el empeoramiento de la enfermedad. El diagnóstico y los tratamientos eficaces, particularmente los tratamientos para reducir o controlar la inflamación, pueden ayudar a disminuir los efectos dañinos de la artritis reumatoide.
La Artritis Reumatoide se puede tratar y manejar de manera eficaz con medicamentos y estrategias de automanejo. El tratamiento generalmente incluye el uso de medicamentos que desaceleran la enfermedad y previenen la deformidad de las articulaciones.
Además de los medicamentos, las personas pueden manejar su artritis con estrategias de automanejo que se ha comprobado que alivian el dolor y reducen la discapacidad, lo cual les permite a las personas dedicarse a las actividades que realicen normalmente.
Escribir un comentario