Con frecuencia, las personas que han tenido alguna lesión experimentan molestias durante el invierno, o cuando el clima está húmedo: viejas lesiones que parecen recientes, articulaciones rígidas y dolorosas, e incluso aquellos que nunca se han lesionado pueden tener dolores durante el invierno.
El frío, la lluvia y la humedad son razones para guardar los tenis y sacar los abrigos. Un clima inadecuado hace que las personas tengan menos ganas de salir a ejercitarse y pasen más tiempo en casa.
Sin embargo, la actividad física es muy importante para mantener fuerte la musculatura, reducir la rigidez y favorecer la circulación de sangre, la cual lleva oxígeno y nutrientes a los cartílagos.
Las bajas temperaturas pueden hacer más sensibles a los receptores del dolor, lo que provoca que tengamos más molestias. Además, el frío hace que se contraigan los vasos sanguíneos y reduzca la circulación de sangre y que los tejidos de las articulaciones adquieran menos nutrientes y oxígeno.
¿Que se recomienda para cuidar las articulaciones en temporada fría?
El uso de soportes activos como las rodilleras estabiliza y activa los músculos para aliviar la presión sobre los cartílagos, reduce la producción de edemas y agentes inflamatorios, y brindan un suave masaje.
Además, la compresión aumenta el flujo sanguíneo para mantener caliente la articulación y protegida contra el clima frío.
Si has sufrido una lesión o padeces alguna condición musculoesquelética como la artrosis, el ejercicio de fuerza es la forma de prevenir dolencias al desarrollar músculos fuertes y saludables.
Si no quieres hacer ejercicio al aire libre, o el clima no te lo permite, te recomendamos:
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