Las vacaciones son un tiempo de relajación y de dejar atrás el estrés de la vida diaria. Es muy agradable conocer sitios nuevos donde disfrutar con nuestros amigos y familiares. Sin embargo, para un enfermo reumático, el viaje que ello supone, puede representar una gran incomodidad.
1.- El reumatismo no tiene que impedirte viajar.
Cualquier persona con un problema reumático puede sentirse atemorizada ante la perspectiva de un viaje, con todos los inconvenientes que representa. Llevar maletas, caminar mucho tiempo, utilizar transportes incómodos…son aspectos nada fáciles, que pueden retraernos de viajar. Sin embargo, con un mínimo de organización, la enfermedad reumática no ha de ser un impedimento para disfrutar de unas necesarias vacaciones.
2.- Sé realista.
Adapta tu viaje a tus limitaciones. Quizás no sea lo más aconsejable, un viaje por las montañas del Nepal que sobrecargará tus articulaciones enfermas, pero existen otras muchas posibilidades que pueden hacerte disfrutar. Lleva tu propio ritmo; no tienes porque cumplir la programación de actividades de las agencias o de los hoteles, que están pensadas para personas que no tienen enfermedades.
3.- Ten programados todos los detalles.
Planifica tu viaje al máximo posible. No dejes las cosas a la improvisación. Cualquier dificultad supondrá para ti un sobresfuerzo y un gasto de energía. Haz las reservas en hoteles y compañías de viaje, y ten todos los billetes que necesitas, con varias semanas de antelación. Si vas a viajar en coche, no programes hacer cada día un número excesivo de kilómetros; es mejor, repartir el total del viaje en etapas más cortas. Después del viaje haz un día completo de descanso.
4.- Explica tu enfermedad en la compañía o en la agencia de viajes.
Esto puede permitirte conseguir asientos más espaciosos, como los de la salida de emergencia en el avión. En el aeropuerto acude al mostrador de la compañía a fin de conseguir servicios especiales, como una silla de ruedas o un vehículo de transporte. Contrata hoteles que tengan habitaciones y servicios especiales, si tiene una incapacidad severa o necesita silla de ruedas.
5.- Procura conseguir viajes directos.
Evita los traslados excesivos, con conexiones apretadas o esperas muy prolongadas. Evita también los días y las horas. Todo esto son factores que pueden incrementar tu grado de fatiga. Si viajas en coche, haz paradas con frecuencia para descansar.
6.- Lleva en un bolso de mano todas las cosas fundamentales.
Junto con tus documentos y billetes de viaje, pon también tus medicamentos, algún alimento ligero como fruta o yogurt que puede necesitar para tomar la medicación, y una pequeña almohada o collarete cervical para poder echar algún sueño durante el viaje. Lleva también un informe actualizado sobre tu enfermedad y tu tratamiento, por si tienes que acudir a otro médico. Si viajas al extranjero, obtén un seguro que cubra razonablemente las emergencias que puedas necesitar.
7.- No transportes un equipaje excesivo.
Procura utilizar maletas con ruedas que son más fáciles de mover. Dentro de tu maleta, organiza el espacio cuidadosamente. Si viajas en avión, procura asegurarte que no llevas tijeras, cortauñas, cuchillos…que le obligarán a perder tiempo, y a un sobreesfuerzo, al pasar por los detectores de metales.
8.- Haz los ejercicios que te han recomendado contra la enfermedad, antes del viaje y durante las paradas.
Esto te evitará la rigidez y el dolor que puede causar la inmovilidad. Si un viaje en avión o en tren es largo, es conveniente levantarse cada hora y caminar durante 5 minutos. En los viajes en autobús, flexiona y estira tus articulaciones, y asegúrate de que se hacen las suficientes pausas.
9.- Lleva vestidos amplios y calzado cómodo.
Esto facilitará un movimiento más fácil y suave de sus articulaciones. El zapato ha de ser ancho, con una pequeña cuña en el talón. No son aconsejables ni los tacones elevados, ni los zapatos planos.
10.- Consulta con tu médico previamente.
Infórmate si tu enfermedad reumática tiene alguna limitación especial. El sol y la playa, suelen ser favorables en determinadas enfermedades como la psoriasis o la osteoporosis, pero pueden perjudicar otras como el lupus. Conoce si necesitas alguna dieta, o puedes comer libremente en tu punto de destino.
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