La artrosis de manos se produce como consecuencia del desgaste del cartílago de las articulaciones. Esto, provoca que aparezcan zonas en las que los huesos dejan de estar protegidos por el tejido cartilaginoso y, por tanto, estos se rozan.
Como consecuencia, los principales síntomas de la artrosis de mano son:
-Dolor.
-Rigidez.
-Dificultad para mover los dedos.
-Deformidad de las articulaciones.
Por lo tanto, es habitual notar un engrosamiento lento y progresivo a nivel articular que concluye con la aparición de protuberancias óseas o nódulos. Asimismo, el dolor en la artrosis de las manos suele empeorar con el inicio del movimiento, sobre todo después de un periodo de inactividad, y mejora en reposo. También se agudiza con la presión y puede ir acompañado de “crujidos” al mover la articulación.
La causa de la artrosis de mano parecen encontrarse en una suma de factores genéticos y ambientales. De este modo, es habitual que la sufra más de un miembro de la misma familia. A su vez, los trabajos manuales repetitivos, así como las fracturas o la inflamación persistente en las articulaciones de las manos y la muñeca también favorecen el desarrollo de la artrosis en edades más tempranas.
¿Cómo combatir el dolor en la artrosis de mano?
No hay una opción terapéutica curativa para esta afección. Sin embargo, el tratamiento de la artrosis de mano va dirigido a aliviar el dolor, retrasar la evolución de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de quienes la sufren.
1. Ejercicios para las manos y los dedos: realizar movimiento específicos de flexión y extensión, así como estiramientos puede ayudar a fortalecer la musculatura y mejorar así la movilidad de las extremidades.
2. Aplicación de calor y frío: introducir las manos en una cubeta con agua caliente, parafina o productos a base de plantas de efecto balsámico específicamente formulado para el dolor articular puede ser efectivo para mitigar la rigidez y el entumecimiento.
3. Periodos de reposo: en las fases de mucho dolor, se aconseja no forzar las articulaciones afectadas. Específicamente en el caso de la artrosis del pulgar, conocida también como rizartrosis, se aconseja la utilización de férulas de reposo por las noches, así como en los momentos de inactividad durante el día.
4. Evitar hacer fuerza con las manos: en el día a día, es conveniente tratar de no sostener mucho peso y ayudarse de aquellos utensilios o aparatos que ayuden a ejercer menos fuerza con las manos.
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